En
las bases curriculares de la Educación Inicial (2005), queda
asentado la necesidad de que se deben ejecutar actividades lúdicas
que despierten en los niños y niñas en el nivel inicial el interés
por el reconocimiento de fonemas y su relación con el medio
ambiente, mediante una serie de estrategias lúdicas que promuevan
habilidades óculo-manuales para que el inicio en el proceso de la
lectoescritura sea de forma espontanea. Las actividades deben ser
motivadoras en atención al eje curricular, a través de las cuales
en su forma espontánea de ser y de actuar, exploren, inventen,
descubran y aprendan; que faciliten las interacciones placenteras y
naturales que, al mismo tiempo, les permite conocer las
características del mundo que le rodea. Despertar la curiosidad del
niño/niña, propiciando la interacción con sus compañeros,
favorece la confianza y produce alegría, integrando la inteligencia
y la afectividad al aprendizaje significativo; un ejemplo de estas
actividades es facilitarle a los niños/niñas tarjetas con figuras
impresas y un banco de palabras asociadas a las figuras para crear un
concepto y encontrar el resultado.
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